Tabla de contenido
Gato con depresión Algunas alteraciones del comportamiento pueden afectar a su gato y preocupar a su tutor. Al fin y al cabo, los signos que presenta pueden confundirse con los de diversas enfermedades. Conozca las posibles causas y las alternativas de tratamiento!
Cambio de comportamiento
El gato tiene depresión Por eso, es muy importante que toda la familia esté alerta y, si notan algún cambio, lleven al animal a que lo examinen.
Al fin y al cabo, aunque este cambio de estilo de vida puede ser sólo el resultado de un depresión felina En cualquier caso, cuanto antes se rescate a la mascota, mejor.
Ver también: ¿Cómo sé si tengo una cobaya enferma?Pero ¿qué puede afectar a un animal hasta el punto de que cambie su comportamiento y desarrolle la depresión en gatos Hay varios factores que pueden intervenir en el caso de un gato con depresión, como por ejemplo
- Confinado en un lugar pequeño;
- Echar de menos a un familiar que ha fallecido o se ha ido de viaje;
- Falta de otro gato o mascota, que ha muerto o se ha ido a vivir a otra casa;
- Cambio en la disposición del mobiliario;
- Ruidos fuertes, por ejemplo, durante una reforma;
- Mudanza;
- Llegada de una nueva persona a vivir en el entorno;
- Adopción de un nuevo animal de compañía;
- Trauma físico, dolor, enfermedad, entre otros.
Esto significa que cualquier cosa que saque a la mascota de su rutina puede hacer que cambie su comportamiento. Aunque la tristeza suele ser uno de los signos que se presentan, lo que lleva al tutor a entender que se trata de un gato con depresión, hay otras señales que el felino puede manifestar.
Signos clínicos
Cómo saber si mi gato tiene depresión El consejo es prestar atención a las señales que presenta la mascota, para ver si tiene algún cambio en su rutina.
Si el gato presenta alguna alteración en su comportamiento, debe ser llevado a ser examinado por el veterinario. Entre los cambios que pueden indicar un gato con depresión están las situaciones en las que el felino:
- ¿Está más tranquilo o más agitado?
- Se vuelve temeroso o prefiere estar muy recluido y aislado;
- Muestra un comportamiento extraño;
- Tiene cambios en el apetito;
- Empieza a tener aversión a ciertos ambientes;
- No orina ni defeca en el lugar adecuado;
- Se pone agresivo;
- Empieza a lamerse en exceso y a perder pelo,
- Presenta embarazo psicológico.
Diagnóstico
A la hora de llevar al animal al veterinario, lo ideal es que el tutor haya prestado atención a lo que ha cambiado en la rutina de la mascota, lo que ayudará al profesional a valorar si el gato tiene un problema de comportamiento o padece una enfermedad física.
Orinar fuera de la caja, por ejemplo, puede estar relacionado con el dolor al orinar, procedente del aparato urinario o incluso de las patas, o ser el resultado del estrés. Por lo tanto, es necesario evaluar todo el historial y las condiciones de salud del animal, y sólo un veterinario puede hacerlo.
Además, se examinará a la mascota, se le tomará la temperatura y se auscultarán los pulmones y el corazón. Si el profesional advierte alguna alteración, podrá solicitar exámenes complementarios, que ayudarán a definir si se trata de un gato con depresión o si las alteraciones se deben a otra enfermedad.
Ver también: Dientes de cobaya: un aliado en la salud de este roedorTratamiento
Una vez realizado el diagnóstico, el veterinario puede aconsejar cómo sacar a un gato de la depresión Una vez hecho esto, podrá sugerir diversos tratamientos como, por ejemplo:
- Administración del fármaco;
- Enriquecimiento ambiental, con juguetes y rascadores,
- Mayor interacción entre el tutor y la mascota.
Hacer el entorno más interesante es siempre el primer paso para fomentar el bienestar de los animales. Esto también puede funcionar con los gatos agresivos. ¿Es así su mascota? ¡Aquí tiene algunos consejos!