La especialidad de medicina felina está evolucionando, y estos pacientes viven cada vez más. Sin embargo, los gatos siguen necesitando muchos cuidados médicos. Muchas de las enfermedades que afectan a los felinos provocan anemia, una de las principales causas de transfusión de sangre en gatos .

La anemia es la disminución de glóbulos rojos, también llamados hematíes o eritrocitos. Se reconoce en la análisis de sangre del gato disminuyendo el hematocrito, la concentración de hemoglobina y el recuento de hemoglobina.

El hematocrito es el porcentaje del volumen de glóbulos rojos en el volumen total de sangre. La hemoglobina es una proteína de los glóbulos rojos y se encarga de transportar oxígeno, esencial para una buena la salud del gato.

La indicación de transfusión sanguínea en gatos se produce cuando el hematocrito cae por debajo del 15%. Teniendo en cuenta también el estado general del paciente, el estado de ánimo, la causa de la anemia, si es aguda o crónica, si es regenerativa o no regenerativa. Por debajo del 17% ya se considera una manifestación grave de anemia.

La transfusión también puede estar indicada en bajadas de tensión debidas a pérdidas de sangre, plaquetas, proteínas sanguíneas o en intoxicaciones por paracetamol (Tylenol).

Las causas de la anemia se dividen en categorías: hemorragias, destrucción de glóbulos rojos (hemólisis) o disminución de la producción de estas células, que se produce en la médula ósea. transfusión de sangre en gatos con felv es habitual.

Las hemorragias pueden deberse a traumatismos, heridas extensas y deficiencias en los factores de coagulación. La hemólisis es consecuencia principalmente de enfermedades parasitarias. Los problemas en la médula son causados por virus, fármacos, alteraciones endocrinas e inmunomediados.

Al igual que nosotros los humanos, los gatos también tienen tipos de sangre. La identificación de estos tipos (tipaje sanguíneo) es esencial para realizar la transfusión de sangre en gatos, evitando reacciones transfusionales.

Tipos de sangre de gato

O sangre de gato puede tener uno de los tres tipos de sangre conocidos, que son los tipos A, B o AB. Los tipos A y B se describieron por primera vez en 1962, mientras que el tipo AB no se descubrió hasta 1980. Sin embargo, aunque los nombres son los mismos, no son los mismos tipos que los humanos.

Genéticamente, los tipos A y B son dominantes, es decir, son más frecuentes que el tipo AB, siendo el tipo A más frecuente que el tipo B. En veterinaria aún no se han descrito casos de felinos sin antígenos A o B, como ocurre con el grupo sanguíneo O en humanos.

Selección de donantes de sangre

Una transfusión de sangre en gatos, para que se realice de forma segura, comienza con la selección del donante de la sangre que será transfundida. El tutor debe informar lo máximo posible sobre la salud de su gato, sin omitir enfermedades actuales o pasadas.

Cualquier un gato puede donar sangre La mascota debe estar sana, pesar más de 4 kg (no ser obesa) y tener un temperamento dócil, para facilitar el manejo en el momento de la extracción de sangre para transfusión. Además, es necesario que la mascota sea negativa para FIV/FeLV, en el caso del FeLV, también debe ser negativo en ELISA y PCR.

La edad también es importante, el donante debe tener entre 1 y 8 años. También debe estar desparasitado, vacunado y con tratamiento preventivo contra ectoparásitos. Los gatos que salen solos no pueden ser donantes.

Además de la exigencia de estos criterios, se realizan análisis de sangre para atestiguar el buen estado de salud del donante. Estos análisis evaluarán el riñón, el hígado, las proteínas y el azúcar en sangre (glucemia), así como algunos electrolitos como el sodio, el potasio y el cloro.

En los humanos, la sangre que se va a donar se analiza para detectar varias enfermedades infecciosas y en los gatos ocurre lo mismo. Los virus que causan la leucemia felina y la inmunodeficiencia felina y la bacteria que causa la micoplasmosis felina no deben estar en la sangre que se va a donar.

El donante también debe tener un hematocrito de entre el 35 y el 40% y una hemoglobina superior a 11 g/dl para que el receptor reciba sangre de alta calidad, aunque no se denegará el acceso a un donante con un hematocrito del 30% y una hemoglobina de 10 g/dl.

El volumen a extraer debe ser de 10 ml a un máximo de 12 ml de sangre por kilo de peso, con un intervalo no inferior a tres semanas entre las donaciones. Debe hacerse todo lo posible con un seguimiento para que sea posible detectar la necesidad de suplementos de hierro.

Extracción de sangre

Lo mejor es que los gatos donantes estén sedados o reciban anestesia general para minimizar el estrés de la intervención. Los gatos se asustan con mucha facilidad y cualquier movimiento del donante puede hacerles daño.

Puede parecer extraño que se anestesie al animal para realizar una extracción de sangre, sin embargo, este procedimiento dura unos 20 minutos y la anestesia utilizada tiene efectos mínimos sobre los parámetros hematológicos.

La administración de sangre

El gatito que va a recibir la sangre está enfermo y necesita estar acompañado durante todo el procedimiento. Debe estar en un entorno tranquilo y se deben evaluar sus parámetros vitales cada 15 minutos.

Recibirá la sangre lentamente, para evitar posibles reacciones. La cantidad dependerá del hematocrito que tuviera el receptor antes de la transfusión. Lo ideal es que tras la transfusión tenga un hematocrito cercano al 20%, por lo que se espera que se recupere rápidamente.

Incluso con el éxito del procedimiento, el tratamiento farmacológico debe mantenerse hasta que el felino se recupere, ya que la transfusión de sangre es una terapia para ayudarle a mejorar.

La transfusión de sangre en gatos es un procedimiento necesario en algunos momentos. Debe ser realizada por profesionales especializados y con experiencia. Cuente con los veterinarios de Seres para cuidar de su gatito.